Hablemos de erotismo…

Hablemos de erotismo...

¿Qué es el erotismo? ¿Por qué decimos que una obra o una persona es erótica? ¿Desempeña el erotismo algún papel en nuestras sociedades y es diferente en las distintas culturas? El erotismo tiene mil facetas y mil lenguajes y se esconde en los detalles más pequeños, ya sean imaginarios y fantasmagóricos y/o muy reales en nuestra relación física con nosotros mismos y con los demás, en nuestra visión de la desnudez, el deseo y la sexualidad.

¿De dónde procede la palabra erotismo?

Cuando uno abre el diccionario se entera de que la palabra es de origen griego. Más concretamente, del griego antiguo. “Eros” es el Dios del Amor e “Ism” se añadió para explicar que se trata de una filosofía, una doctrina o una ideología.

El erotismo se define como todo lo que contribuye al deseo de amor. Es inmenso. Nuestras palabras, nuestras actitudes, nuestro comportamiento físico, nuestra forma de vivir o de vestir, por ejemplo, y por supuesto nuestros pensamientos, evocan el universo del deseo amoroso y del amor físico. Una verdadera alquimia física y cerebral.


¿Por qué decimos que una persona es erótica?

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Algunas personas nos atraen de forma casi natural. Parecen inspirar deseo de inmediato. ¿A qué se debe esto? El erotismo no está ligado a la belleza, sino a la sensualidad, y la sensualidad se encuentra en un gesto, una actitud, una sonrisa, una mirada…

Las mujeres y los hombres con un fuerte potencial erótico suelen ser personas que se sienten bien consigo mismas y con su cuerpo, que disfrutan de los placeres sencillos de la vida: comer bien, disfrutar de su ropa, buscar el contacto con los demás… Tener confianza en uno mismo, estar en sintonía con los sentidos, da una imagen atractiva y positiva.

Y contrariamente a la creencia popular, no es necesario estar desnudo para ser erótico, sino todo lo contrario: al erotismo le encanta el misterio y la sugerencia, y sugerir es revelarse sólo un poco sensualmente ¡sin mostrarlo todo! No dudes en poner en valor tus activos femeninos o masculinos; tus ojos almendrados o tu sonrisa demoledora, tu pelo o tus piernas infinitamente largas, tu arco o tus formas… ¡y tu humor!


Civilizaciones e imágenes eróticas

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Las civilizaciones han desarrollado el erotismo a través del arte y la literatura. Obras literarias, pinturas y esculturas abundaban en las culturas antiguas y hoy, además de estas herramientas culturales, el mundo contemporáneo nos ofrece una variedad de creaciones e imágenes eróticas a través de dibujos, películas, documentales e Internet ha ampliado sin medida nuestra visión del placer carnal al poner a nuestro alcance una mina mundial de información e imágenes.

Arte y libros al servicio de los juegos amorosos y el deseo

En la antigua China, las parejas consultaban libros eróticos ilustrados, verdaderos manuales de educación sexual para aprender sobre el deseo y el placer. En la India, numerosos cuadros mostraban las posturas amorosas de los príncipes con sus parejas. No hay más que darse una vuelta por el Museo del Louvre para comprobar la extensión y consistencia del arte erótico a lo largo de los siglos.

La lectura también ha proporcionado un amplio abanico de relatos eróticos. Desde los escritos de la sensual poetisa griega Safo describiendo el deseo lésbico, pasando por Casanova relatando su escandalosa vida con múltiples amantes, hasta novelas más conocidas como la “Venus erótica” de Anaïs Nin o “L’Amant” de Marguerite Duras… Miles de libros eróticos pueblan las estanterías de las librerías, ofreciéndonos historias reales o imaginarias que nos sumergen en universos donde reinan la atracción, la fantasía y la libido. Recuerde el increíble éxito de “Cincuenta sombras de Grey”.

El cine erótico para estimular nuestra imaginación

Películas como “Eyes Wide Shut” o “Histoire d’O” han perturbado nuestra imaginación erótica mostrándonos imágenes nuevas y atrevidas que a veces se consideran inmorales. Los actores asumen papeles que sacuden nuestros sentidos y abren puertas eróticas desconocidas, que nos pueden resultar excitantes o no, pero que rara vez nos dejan indiferentes. Qué pareja no ha sentido el impulso de probar un nuevo juego sexual mientras apagaba el televisor o ha soñado con ser el amante inquebrantable interpretado por ese famoso actor o actriz.

Numerosas películas han retratado las relaciones amorosas homosexuales, sacudiendo la imagen de la homosexualidad, que durante mucho tiempo fue erróneamente tabú y malsana. Otras han puesto de relieve el libertinaje en las parejas, o historias de amor entre personas de distintas edades. Gracias al cine erótico, se han roto muchos prejuicios y se ha llevado a la gente a ver otros aspectos de la seducción, el amor y el sexo.


Fantasías y erotismo van de la mano

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Fantasear es soñar, ¡y todos soñamos! Los sueños sexuales y eróticos, conscientes o inconscientes, afectan tanto a las mujeres como a los hombres y, aunque la mayoría ocurren por la noche, muchos suceden en pleno día. La mente se evade durante un rato o más e imagina que está viviendo una situación o situaciones que despiertan su deseo y excitan sus sentidos.

Fantasías de las más clásicas a las más sulfurosas

¡Quién no ha fantaseado alguna vez con una persona atractiva que acaba de conocer! El mecanismo de la imaginación erótica se pone en marcha de la forma más natural posible: nos imaginamos a la otra persona desnuda, nos la imaginamos desvistiéndose. ¿Cómo le gusta hacer el amor, etc.? Desde la primera cita, nuestras fantasías son solicitadas.

Las fantasías más comunes consisten en imaginarse haciendo el amor con otra persona, o con varias parejas, en lugares originales y bastante insólitos, escondiéndose para observar a otros haciendo el amor… pero pueden adoptar formas más complejas y picantes.

Cada individuo tiene su propia personalidad erótica y, por tanto, sus propias fantasías. Y cuando una fantasía permanece con nosotros a lo largo de los años, es porque corresponde a algo enterrado en lo más profundo de nuestro ser. Sean cuales sean nuestras fantasías, ¡no tenemos nada de qué avergonzarnos! Somos nosotros los que decidimos si una parte de nuestro jardín secreto puede compartirse con nuestra pareja y, sobre todo, somos nosotros los que tomamos la iniciativa de pasar del sueño a la realidad si sentimos el impulso.

Las fantasías pueden surgir en cualquier momento

No empezamos a fantasear sistemáticamente antes o durante el acto sexual. La calle, una cena con amigos, un encuentro profesional… mil situaciones pueden dar lugar a una fantasía sin que la hayamos premeditado. La simple visión de una persona desconocida que nos gusta, y a la que probablemente no volveremos a ver, puede ser la causa de intensos sueños eróticos que nos hacen perder la cabeza. Es casi mágico.

Fantasear es una forma excelente de alcanzar el orgasmo. Mientras se masturban, tanto hombres como mujeres no dudan en proyectar mentalmente imágenes relevantes para alcanzar un umbral máximo de excitación.

Podemos inventar un escenario juntos, divertirnos sin conocernos, por ejemplo, o pensar en cosas sensuales o tórridas durante los preliminares sin revelar al otro lo que tenemos en mente, para aumentar la presión.


Ropa, accesorios y juguetes eróticos

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Para aumentar tu poder de seducción, puedes utilizar diferentes cosas: ropa o ropa interior sexy, estimuladores como vibradores, joyas corporales, perfumes e incluso ciertos alimentos con propiedades afrodisíacas.

Ropa sexy vestir y desvestir

En Occidente, la ropa se ha convertido en un medio cotidiano de seducción y el erotismo en el vestir juega a velar ciertas partes del cuerpo para hacerlas más misteriosas y atractivas. Faldas con aberturas, blusas escotadas, ropa ceñida, todo invita a adivinar el cuerpo.

La ropa interior en contacto con la piel juega la carta de la provocación, pero también está diseñada para ocultar parcialmente ciertas zonas del cuerpo, haciéndolas así más eróticas, más deseables: Muchos hombres se vuelven locos al ver un liguero o un corsé, a muchas mujeres les encantan los hombres en bóxer o tanga… ¡Todo es cuestión de gustos y preferencias! Cada lencería tiene su propio código erótico en función de la persona que la lleva.

Un sinfín de juguetes sexuales

Los vibradores y los juguetes íntimos han evolucionado considerablemente en los últimos veinte años y la mayoría de las parejas los poseen, al igual que muchos hombres y mujeres solteros. Hoy en día, la masturbación femenina ha dejado de ser un tema tabú (o casi) y muchas mujeres alcanzan el orgasmo mediante la masturbación. Los estimuladores de clítoris son una pequeña revolución en este campo.

La joyería erótica revoluciona el placer

Conocemos la joya corporal, un adorno sexy y sensual para vestir el cuerpo, conocemos la joya piercing para adornar una zona elegida o estimular una zona erógena. Muchos aún desconocen que también existen joyas sexuales diseñadas con todo el refinamiento de una joya pero cuya función es aumentar el placer. Las joyas para la estimulación vaginal y/o anal o las joyas para excitar el clítoris son los dos mejores ejemplos. Llevar joyas estimulantes es una forma maravillosa de masturbarse. Sublimemente erótica y sublimemente eficaz.

Perfumes y ambiente erótico

El sexo y los olores están estrechamente ligados, y si el poder erótico de nuestras feromonas está lejos de igualar el de nuestros amigos los animales, ¡nos esforzamos por crear esencias diseñadas para excitar nuestros sentidos! Los aceites esenciales, la aromaterapia, pero también los perfumes sexys y las velas perfumadas se están convirtiendo en imprescindibles para crear una atmósfera que inspire amor, sin olvidar los aceites para masajes: unas gotas sutilmente elegidas y se producirá un delicioso effleurage del cuerpo. Las caricias de un masaje amoroso son un maravilloso regalo erótico.

La comida y el amor

Se dice que muchos alimentos tienen propiedades afrodisíacas. Por supuesto, no está demostrado. Pero no hay peligro en comer ostras, champán e higos durante una cena romántica… y si se sabe que el chocolate estimula el deseo ¡sería una pena privarnos de él!

Contenido para adultos. Debes tener al menos 18 años de edad.

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